lunes, 5 de mayo de 2014

Reflexión Tema 7

Cuando cualquier persona empieza a estudiar Historia, lo primero que debe tener en cuenta es que para hacer una valoración de las diversas culturas y de los acontecimientos históricos ocurridos en un momento concreto no hay que tomar como base nuestros valores actuales, sino que tenemos que partir de lo que en cada época se consideraba "lo normal", es decir, lo socialmente aceptado en cada momento. 

Las distintas culturas que se desarrollaron durante la Edad Antigua tienen, sin duda, una serie de rasgos comunes que se repiten en todas ellas. El más llamativo de todos ellos es que todas utilizaron la fuerza productiva de los esclavos. El trabajo y, por lo tanto, la producción se basaban en el uso de esclavos.


Este hecho es normal que llame la atención de los alumnos de primaria, como es lógico y, además, deseable. ¿Cómo es posible que un hombre se sintiera con derecho sobre otro? ¿Cómo un hombre se sentía capacitado para decidir sobre la vida o la muerte de otro sin tener que rendir cuentas de su decisión? Para comprender esos hechos hay que entender que eso era lo socialmente aceptado en ese momento concreto. Las cosas eran así y punto.

Para que los alumnos puedan entender mejor esa situación pondremos un ejemplo referido a la actualidad:

Hoy en día todos sabemos que mientras en una parte del mundo disfrutamos de bienestar, tenemos nuestras necesidades cubiertas y nos sobra para malgastar, en otra parte mucho mayor del mundo la gente se muere de hambre, de inanición, de enfermedades que aquí se curan con facilidad... Además, la mayor parte de la población no tiene acceso al agua potable y los niños carecen del derecho a la educación y tienen que trabajar desde muy corta edad en condiciones de semiesclavitud.

Sin embargo, siendo conocedores de esta situación vergonzosa e injusta, no movemos un dedo por cambiarla, no hacemos nada por acabar con ello. Cada noche nos acostamos satisfechos en nuestras cómodas camas y dormimos plácidamente con la conciencia muy tranquila. Como mucho nos preguntamos: ¿Qué le vamos a hacer?, las cosas son así. Siempre habrá pobres, es inevitable, no está en nuestras manos.

¿Habéis pensado cómo nos juzgarán las generaciones futuras cuando estudien nuestra época?

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